Luego de
dos años de viajes…un cuarto de hotel huele a casa, se siente bien cuando las recepcionistas
o sobrecargos preguntan cómo estuvo el día, te vuelves turista en tu propio
país, las despedidas y recibimientos se tornan más comunes que el café de las 3
y una madrugada sin saber en qué país estás es lo normal; se maneja outfit de
viaje el cual incluye tenis porque correr en los aeropuertos es el ejercicio
del día, almohadita porque se aprovechan los aviones para descansar y una
maleta cargada de cosas materiales pero en donde no caben las personas que
siempre tienes que dejar.
Se visitan
los restaurantes mejores “ranqueados”, se conoce una ciudad en menos de 72
horas, se llega al máximo “status” en las cadenas de hoteles, podrías ser la
sobrecargo que da las instrucciones dentro del avión, disfrutas tantos
amaneceres y atardeceres desde el avión, tantas fiestas, tantas risas, se crea
una familia nueva con los compañeros de trabajo, infinidad de historias!....pero
hay un vacío, una incertidumbre, unos minutos en donde vuelves a la vida real y
surge la pregunta: A dónde pertenezco? Y es justo ahí en donde el universo te
llama a establecerte y pertenecer!.
Hoy dejo
atrás taaaantaaass historias, aventuras, conocimiento, risas, amistades,
conocidos y sentimientos que me tomaría
meses y meses el poder contarlas, que se quedan ahí conmigo para agradecer
siempre, para contarlas a mis nietos. Hoy abro un libro nuevo, comienzan
historias nuevas, recibo una etapa nueva, sonrío a las nuevas aventuras, siento
bases para pertenecer!
Y es cuando
este blog inició y ahora no se acaba, sino así como yo, cambia de hoja para
transformarse porque toda historia tiene un gran final pero este final es el comienzo de algo nuevo.